La verdad, Dios o como lo queráis llamar, no es algo que haya de experimentarse; pues el experimentador es el resultado del tiempo, de la memoria, del pasado; y mientras haya experimentador no puede haber realidad. Sólo hay realidad cuando la mente se haya completamente libre del analizador, del experimentador y lo experimentado. Entonces encontraréis la respues, entonces veréis que el cambio llega sin que lo pidáis, que el estado de vacio creador no es cosa que haya de cultivarse: está aquí, llega misteliosamente SIN INVITACIÓN. Y sólo en ese estado hay una posibilidad de renovación, de novedad, de revolución.


Krishnamurti, Juddi (1996): La libertad primera y última.